Una serie de cuentos neorrealistas enlazados por Marcovaldo, el personaje principal, un padre de familia que busca sin descanso un atisbo del campo en el paisaje urbano que le rodea y al que no acaba de acostumbrarse.Los primeros son fábulas contadas con un espíritu inocente reflejado enn el halo del personaje mientras en la segunda parte el autor desarrolla una vena irónica en la que el personaje resulta en cierto modo ridiculizado. Es el "pueblerino" que descubre la ciudad.
Su publicación periódica tuvo lugar en las páginas de la revista "Unità", dirigida en principio a un público infantil y juvenil, sin embargo pronto se hizo popular entre el público adulto, que se sintió identificado con la búsqueda continúa de la vuelta a sus orígenes de Marcovaldo y ese toque" naif" que le rendía "especial", un personaje comparable al "Buon Selvaggio", en su exilio en la ciudad industrial.
Un clásico de la literatura italiana que refleja fielmente la sorpresa y la incertidumbre del hombre ante el cambio del paisaje urbanístico.
Un libro que promete a las primeras líneas, pero que rápidamente deviene una crónica del absurdo.
ResponderEliminarLa poesía deja lugar a la transparencia de un personaje ingenuo ( una ingenuidad que mas que hacernos reir o enternecer, nos asombra : il buon selvagio idiòta).
Marginado, desplazado y empleado ( pícaro de poca altura) Marcovaldo se pierde por los laberintos de la ciudad -desde unos parterres a los carteles de las autovías de la ciudad- , de las fábricas y de una familia de cómic moderno. El medio en el que vive . o sub-vive, sin otros medios que sus manos y su escasa o pingüe imaginación, según se mire,- ese parece se uno de los mensajes del libro escrito en 1963- es la ciudad tóxica. Calvino en eso es moderno y precursor. Pretendidamente irónico o socarrón.
El libro, en suma, narra una vida pequeña en una ciudad "pequeña" con breves toques de poesía, alguna hora azul , y el gris etéreo de una vida industrial y fría, ridícula: la del hombre moderno de la norteña Italia industrial- o post-industrial, hoy en día. Todo ello con cierto aire de cómic.
Ni este libro de cuentos ni su autor ( como mínimo en la presente versión) son una verdadera joya. Claro que ya decían los medievales : " De gustibus non est disputandum".
Un libro de entretenimiento, -in fati-, escrito para jóvenes y adolescentes erráticos, sin muchas pretensiones más que la publicación periódica del folletín. ¿Cómo ha llegado a ser un clásico de la literatura italiana, lectura obligatoria en las escuelas? Este es uno más de los grandes misterios de la literatura. Ciertamente su autor habrá escrito cosas mejores, sino no estaría dónde está. Habrá que descubrirlo!
ResponderEliminarReleo un articulo de Pier Paolo Pasolini escrito el 28 de Enero de 1973 sobre "Las ciudades invisibles" de Italo Calvino. En la descripción de sus ciudades imaginarias y reales hay un fragmento que, a mi parecer , se adviene perfectamente al libro "Marcovaldo":
ResponderEliminar"Todas la ciudades que Calvino sueña bajo innumerables formas, invariablemente nacen del choque entre una ciudad ideal y una ciudad real : este choque tiene el único efecto de volver surrealista la ciudad real , pero históricamente no se resuelve en nada. ¡ Los dos opuestos no se superan en un choque dialéctico! Entre ellos la luche es tan obstinada y desesperada como inútil. El tiempo actúa como pacificador arrastrando todo consigo a una dimensión completamente ilógica, que resuelve los problemas diluyéndolos infinitamente, destruyéndolos hasta convertirlos en unos escombros que a su vez son surreales"
En el libro el choque - al que alude Pier Paolo Pasolini-se produce entre la ciudad real - espacio de decadencia, de degradación ( ese es el trasfondo de todos los cuentos, léase por ejemplo, "Donde el río es más azul")- y Marcovaldo, el ingenuo que habita entre las flores y los cielos , las noches vacías, y que aún tiene el alma infinita ( y algo ingenua, por tanto) de un niño, un niño grande.
ResponderEliminarEl hombre- ese hombre que sólo puede mirar las cosas por primera vez como Marcovaldo, para quien todo es objeto de sorpresa y admiración- ha sido expulsado de la ciudad ideal, de la ciudad del Humanismo, aquella hecha a medida humana. En su lugar, las máquinas y las leyes de un mundo sin corazón, de cartón piedra, ha tomado las calles en estado de excepción, ese en el que habitamos y ya ni tan sólo percibimos, pues tan habituados estamos a ello.